Por Eduardo González Viaña
A una semana de las elecciones presidenciales, tres asuntos han quedado claros
1) Digan lo que dijeran algunas sospechosas encuestas, no han logrado bajar el puntaje de PEDRO CASTILLO, y éste va a imponerse por un cómodo 10 por ciento a la señora Fujimori en la segunda vuelta del domingo que viene.
2) Los ahorros de las personas serán escrupulosa, meticulosamente respetados hasta el último centavo en el nuevo gobierno. Cien mil, doscientos mil, un millón. Lo que tenga será respetado hasta el último centavo.- Acaba de declararlo enfáticamente el economista Pedro Francke, representante del próximo gobierno.
3) Ni Pedro Castillo es el comunismo ni la señorá K representa a la democracia. La hija del señor Fujimori representa a su padre. En realidad, es su padre, y toda la banda de su padre. La hija no tiene otra cosa que plantear sino el indulto de aquél, el olvido de su rapiña y de sus crímenes y el reingreso de la familia Fujimori a la conducción del estado peruano.
Los dictadores presos
Los tres máximos dictadores del continente, Fujimori, Videla y Pinochet, terminaron en la cárcel o en el proceso penal. Solamente uno de ellos, Fujimori ha intentado salir de allí haciendo que su hija postule, y ésta es la tercera vez.
Los que más se parecen entre los tres son el argentino Videla y el peruano japonés Fujimori.
Hagamos un paralelo entre ellos:
Ambos fueron terroristas. Ambos fueron genocidas. Ambos eran sumamente ignorantes. Ambos desindustrializaron a sus países, e impusieron a sangre y fuego un orden neoliberal por encargo de otros.
Los mellizos diferentes
Se parecen en casi todo, pero se diferencian en algo muy importante. Videla aceptó las penas impuestas sin pedir clemencia y tomó sobre él toda la culpa.
Al responsabilizarse en su condición de comandante en jefe, el argentino salvó para la historia el honor de las fuerzas armadas de su país en cuyas filas militara el bravo y honesto libertador José de San Martín.
Fujimori no ha cesado de pedir clemencia. Entre dos hombres pequeños, éste es insignificante. Lo más grave: Fujimori ha intentado a través de toda su estrategia judicial inculpar a la fuerza armada de los delitos que él mismo planeó y ordenó desde palacio.
Terroristas y genocidas, Videla y Fujimori no fueron el poder, sino su brazo armado. Traidores, cumplieron órdenes extranacionales. Su misión era instaurar una economía neoliberal en la que el estado fuera despojado de sus bienes y funciones. El encargo era que aquél fuera privatizado para beneficiar al gran capital transnacional, a las corporaciones foráneas y a sus socios locales.
Igual destino. Los Fujimori perderán
Para llevar a cabo ese encargo, tenían que arrasar la institucionalidad e imponer el pánico. Este y la perversidad solo los mejores medios “de persuasión” que conocen los gobiernos terroristas.
Videla y Fujimori se parecían en todo, pero no en todo. Ya se sabe hoy que el dictador japonés, debe a su alianza con Montesinos, el hecho de ser ahora uno de los hombres más ricos del mundo.
Por su parte, el argentino era un genocida austero. No bebía. No era ojo vivo. Comulgaba con frecuencia. No se ha hablado de millonarias cuentas a su nombre en el exterior. Probablemente creía que la sangre derramada de otros lleva al cielo. Videla era algo así como un carnicero vegetariano o como un violador casto. En eso, estos mellizos no se parecen.
Ambos fueron los terroristas y los genocidas del Perú y de Argentina, mellizos pero diferentes. Sólo el de aquí, Fujimori ha lanzado a la presidencia a su hija y siempre ha perdido. Perderá otra vez.
miércoles, 2 de junio de 2021
LAS COSAS CLARAS Y EL DESTINO DE LOS DICTADORES
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