domingo, 20 de junio de 2021

LA BANDERA MAPUCHE TRADICIONAL O WÜÑELLFE


La bandera mapuche diseñada tradicionalmente con una estrella blanca de ocho puntas en un fondo azul oscuro, es uno de los símbolos de mayor prominencia en la historia del pueblo mapuche antiguo.
Esta bandera se llama Wün’yelfe o Wüñellfe, y representa el lucero del amanecer, el planeta Venus.
Wün'yelfe era el estandarte unificador de la nación mapuche confederada. Este emblema fue usado en variadas ocasiones por los antiguos mapuche, quienes dieron su vida lidiando incansablemente en contra de la adversidad, para así lograr mantener la libertad e identidad mapuche viva. Es solo gracias a ellos que los mapuche de hoy están presentes.
La bandera Wün'yelfe acarrea consigo una historia heroica, tiene un sentido de identidad libertario y de nación que le ha sido heredado a futuras generaciones de mapuche. Este singular emblema, representativo y unificador de la nación mapuche de antaño, aún es usado por mapuche del presente a los dos lados de la cordillera.
Al volver a desplegar a Wün’yelfe, los mapuche de ahora le hacen honor a la memoria de sus antepasados y a su propia identidad, es una demostración de respeto y de valorar aquellos dignos héroes, su lucha, sus muchos sufrimientos, sacrificios y logros. Además, con esto se manifiesta un acto de reivindicación de la causa mapuche.
Wün’yelfe ha estado relacionado estrechamente con la tradición y cultura mapuche, ya por milenios. En temas horarios, bajo su amparo el mapuche iniciaba su vida cotidiana. Como a las cuatro de la mañana se iniciaban viajes de todo tipo, movimiento de animales, ir a visitar a alguien, campañas en defensa del pueblo mapuche y su territorio, etc. Wün'yelfe servía de guía, era el lucero de referencia.
En algunos aspectos se le considera como el símbolo de un hombre joven, ya que al levantarse a temprana hora, a eso de las cuatro de la madrugada, se observa vitalidad plena, se siente toda la fuerza y energía del medioambiente, de la naturaleza. Esa era la hora debida para que toda la juventud, hombres y mujeres, kon'a y weychafe, se levanten y encaminen a un cauce de agua a bañarse; revitalizando su ser y para luego iniciar su día de labores y/o entrenamiento. Algunas ceremonias mapuche también se inician bajo su amparo espiritual; ya que Wün’yelfe es como un puente que ayuda a conectar y acceder al mundo de las fuerzas y energías que están en otro plano.
En la cultura mapuche tradicional se considera a Wün’yelfe como una fuerza espiritual positiva y protectora del mapuche; es el guía inspirador que nutre la esperanza del ser. En algunos casos se le suele llamar püchü küyen o pequeña luna, y bajo el amparo de su luminosidad se puede llevar acabo alguna tarea, obtener algún logro y/o llegar a un destino. En estos y otros sentidos Wün'yelfe ha acompañado al mapuche en cada despertar, si no visualmente, espiritualmente, desde tiempos inmemoriales.
Todos estos motivos inspiraron a los antiguos mapuche a usar Wün’yelfe como emblema de su nación confederada; lo cual es representado por una estrella blanca de ocho puntas sobre un fondo azul intenso, como el azul oscuro del amanecer. No obstante, cuando se entraba en combate directo, en guerra, las fuerzas mapuche solían llevar una bandera encarnada, roja.
Este color azul oscuro, llamado kallfü en el idioma mapuche, es el color de mayor importancia espiritual y cultural; simboliza pureza e inspiración renovadora, el espíritu, fuerza y energía de los ancestros, lo más digno de respeto. Es en el kallfü, aquel fondo del cielo al atardecer y al amanecer, en el cual los antiguos mapuche buscaban inspiración, comunicarse y crear una estrecha relación con las fuerzas, energías y el recuerdo de su gente. Es allí, en ese azul intenso, que el mapuche encuentra el espíritu y fuerza de vida de sus antiguos padres y madres, allí encuentra sabiduría y vitalidad que son personificados en Kushe, Fücha, Üllcha y Weche (anciana madre, anciano padre, joven mujer y joven hombre).
Los recuentos históricos de los españoles y chilenos de aquellas épocas pasadas, del tiempo de la conquista y fundación del estado chileno, se refieren al uso de este estandarte por los mapuche, la estrella de ocho puntas. Ellos mencionan banderas azules, rojas y blancas. Los colores que inspiraron la actual bandera chilena.
También se indica que los mapuche de esa época usaban ramas del famoso canelo o foye para demostrar que iban en paz, o bien dependiendo del caso, para sellar algún juramento solemnemente; estas ramas de canelo servían a manera de la bandera blanca de la paz. Sin embargo, el emblema mapuche de mayor prominencia que quedó en la memoria colectiva de aquellos tiempos, fue la llamada "estrella de Arauco", la estrella octagonal, Wün’yelfe para los mapuche.
Los fundadores de la nación chilena tenían una profunda admiración por el accionar épico de la nación mapuche desde los tiempos de la conquista. Incluso, en parte se inspiraban en ellos para promover su propia causa.
Se fundó la Logia Lautaro para promover la independencia de las colonias españolas en América. Se utilizó una pareja, hombre y mujer indígenas, incluyendo armas de estos como símbolos en algunos de los primeros escudos de la patria vieja.
Bernardo O’Higgins da a entender que la estrella de la bandera de Chile se inspiró en la estrella de Arauco. Sin duda alguna es esta estrella octagonal, la que más les inspiraba reconocimiento por su uso patente.
En un óleo por José Gil de Castro, 1821, en la parte inferior aparece el primer escudo del Chile independiente con fecha 1819. Allí claramente se ven tres estrellas octagonales, simbolizando las ciudades de Santiago, Coquimbo y Concepción, en un fondo azul. Además, hay cuatro banderas chilenas, exactamente como las actuales, salvo que tienen la estrella de Arauco, la estrella octagonal Wün’yelfe. Incluso, aparece un guerrero indígena sosteniendo el óvalo central.
Wün’yelfe es un símbolo reivindicador de las aspiraciones de los mapuche que detuvieron al imperio Inca y sus estandartes de guerra en la rivera del río Maule. Los mismos mapuche que lograron detener al imperio Español y sus blasones genocidas en el río Biobío y que luego mantuvieron a raya en ese mismo lugar, hasta pasada la segunda mitad del siglo XIX, a la nación chilena y su bandera invasora.
Nuevamente Wün’yelfe ha comenzado a flamear en las manos de los hijos e hijas de los antiguos mapuche; y como un clamor de aquellos héroes de tiempos pasados, va despertando la fuerza y el valor que ha sido legado a través de la sangre e historia.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario