Compartido por Guina Muñoz Navarro
Gracias Pedro, por aparecer de pronto y mostrarnos ese otro Perú valioso pero muy olvidado, ese Perú que los medios, las series, los viajes ni las redes nos muestran cuando se vive distraído por cosas superfluas y llenos de barreras visuales y mentales.
Perdón Pedro, porque esa aparición fue retribuida con insultos, calumnia, clasismo, difamación e improperios, porque lejos de mirarte y mirar a tu familia, se dedicaron a buscarte en tus defectos y puntos más débiles, cómo si ellos hubieran transitado tu mismo camino o tenido tus propias oportunidades.
Gracias Pedro, por no perder la sonrisa, por no amargarte la vida, por no agachar la cabeza, por demostrarnos que ser pobre es tan compatible con ser digno, que ser humilde no está reñido con ser valiente.
Perdón Pedro, porque muchos no quieren que tú seas el profesor de sus hijos, pensando que lo único que tienes por enseñar es lenguaje o la tabla de multiplicar, y no entienden que lo que necesitan los niños con urgencia en este mundo es aprender la humildad, el valor del trabajo, la empatía y jamás renunciar a los sueños por más lejos que estos parezcan estar.
Gracias Pedro, por hacer que una parte de su propia constitución les resulte adversa, esa que permite que cualquier peruano mayor de 35 años pueda ser presidente, aunque ellos se empeñen en querer incrementarle requisitos como saber hablar, no ser cholo, no ser campesino, tener estudios sólo donde ellos valoran, y si es posible pensar como ellos piensan.
Perdón Pedro, porque tu familia debe haber sufrido mucho al ver las redes, los medios y escuchar a muchos peruanos hablar mal de ti, con un encono injustificable porque sólo eras candidato que antes fue maestro, y no un prontuariado delincuente de mala familia que vive de la política o un criminal despiadado líder de una organización delictiva.
Gracias Pedro, por tus marchas y contra marchas, por tus metidas de pata, por tus sumas y restas, gracias por ser tan espontaneo y natural, porque, aunque cueste puntos en votos, suma humanidad e imperfección a una política llena de cálculo, disfraz y mentira artera.
Perdón Pedro, porque algunos que migraron a la gran ciudad y vieron como te denigraban, no recordaron lo duro que fue ser denigrados o lo duro que fue para sus padres, porque no te defendieron, porque no conversaron con sus hijos para contarles que, así como Puña es también su pueblo, y que surgir en un país con tantas brechas no es para olvidarnos de donde venimos, sino al contrario.
Gracias Pedro, por haber sido profesor de muchos niños y jóvenes allí donde pocos peruanos estarían dispuestos a hacerlo, allí donde los padres de esos niños sí te agradecen ser su profesor, allí donde sueñan con salir adelante y esperan tener oportunidades aun sin conocerlas o saber cómo obtenerlas.
Perdón Pedro, porque los medios no procuraron mostrar tu vida de profesor, no buscaron a tus alumnos, no nos mostraron a tu esposa y a tus padres o a tus hijos, sólo nos mostraron aquello que distaba de tu humanidad, aquello que servía para la crítica, para el desuelle, para la sorna.
Gracias Pedro, por emocionar a la gente, por dar la pelea contra paneles luminosos, futbolistas famosos, televisión basura, caravanas de motor show, carteles y bambalinas, caravanas de reparto de alimentos, empresarios y jefes que amenazan a sus empleados, cantantes, empresas que especulan, banqueros que atemorizan, ciudadanos que insultan y ningunean, psicosociales que acaban con vidas o traen piedras para endilgártela, compra de conciencias, periódicos, canales y radios, y contra todo lo que todos los peruanos hemos visto, la mitad de ellos con beneplácito y aplausos, con complicidad a pesar de saberlo sucio y ruin.
Perdón Pedro, por tener una patria en la que tu candidatura no ha sido una experiencia política normal, sino prácticamente una extirpación de idolatrías de la santa inquisición. Es sin duda, hoy como en 1821, una oportunidad perdida para ser libres de verdad, y no tener cargando toda la matriz colonial que en tres meses hemos visto, con personajes modernos de una vieja historia, de un “remake” que se vive desde hace 200 y más años.
Te escribo estas líneas porque quizás mañana se acabe el sueño que has vivido, porque de seguro la corrupción y su maquinaria millonaria, implacable y brutal, haya logrado su cometido y esta vez Goliat venza como se tiene costumbre en las parábolas de esta patria, donde David es sólo la goma en una escuela primaria. Y sé que después de mañana, si no ganas como es previsible, ya no tendrás ese lugar en la política en la que has sido un exabrupto, un accidente y una respuesta efímera que medio país, cansado de los de siempre, de los taimados y de los ladrones, elevó para darle vida hasta el último de los días en un intento de seguir derrotando a una mafia mañosa y poderosa.
Tengo mucho que criticarte Pedro, pero también mucho que felicitarte, pues allí donde muchos veían defectos, siempre hubo un mensaje, soñar no es suficiente, atreverse es el paso definitivo para dejar que los sueños y los deseos se cumplan. Con ese mensaje me quedo, por ese mensaje te agradezco.
Siéntete bien Pedro, has vencido, en cualquier lugar con iguales condiciones has vencido, en ese país que añoramos has vencido, en el actual Perú quizás por ahora no.
PD. Perdón Pedro, porque en este post seguirán haciendo lo mismo.
FELICITACIONES A NUESTRO FLAMANTE PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ, PROFESOR PEDRO CASTILLO TERRONES
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