Eso me hubiera gustado responderle a mi vecina, cuando me preguntó, en vivo y en directo:
"¿Qué es el capitalismo?"
"- El capitalismo es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en el libre mercado.
- Este sistema opera en beneficio de las empresas privadas, generalmente apoyadas por el estado.
-Canaliza la energía humana hacia la acumulación de riquezas, incentivando el lucro y el disfrute como metas de vida; y creando por lo tanto, un mundo basado en la codicia, avaricia..., el poder, el sexo y dinero; que a su vez genera explotación, hipocresía, engaño, pobreza... y todos los males del mundo y del espacio; esa es la caja de Pandoro..."
Es decir, donde todavía reina la primitiva ley del más fuerte o del que más tiene...; lo que la cultura védica llama "las tres puertas del infierno": kanaka, kamini y pratistha...; dinero, sexo y poder, respectivamente.
Infierno, si...; pues, ¿no es a eso a donde lleva esta práctica mal habida, inmoral y destructiva? O, ¿a dónde creen que se dirige esta sociedad monitoreada o pastoreada por unos cuantos ricachones que se creen los dueños del planeta, explotando nuestros recursos naturales y mano de obra?
Esa paranoia de que el hombre es un "homus economicus", es una total falta de sesus, a mi modo de ver... Ayyy... ¿A quién se le ocurrirría semejante postulado?
No queda más que despertarnos unos a otros para lavarnos los cerebros de tales hongos ofensivos, que no hacen más que atizar lo que nos está matando; y por el contrario, avivemos una gran revolución de conciencias, de banderas blancas, de cantos, de danzas y pancartas de amor y paz...
¿Alguien puede no ver, no oler, no sentir el fracaso de este sistema inoperante en todas las ramas de la cultura?
"O sea, es un terrible monstruo", me dice mi vecina, mirándome a los ojos, muy segura de sí misma..., con sus pupilas rutilantes que reflejan muy bien las aguas del mar caribeño... "Ese es el título perfecto para cuando hables del capitalismo en tus redes sociales, ¿no te parece?", me remata con el reflejo del mar de sus ojos..., guiñandome .
Sí, le respondo, es la mejor síntesis. Ahora (me aventuro a decirle), solo falta ver hacia donde debemos apuntalar nuestra brújula...
"Tal vez, después de lo monstruoso... venga lo divino..."
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