La ceremonia de ofrendas ha comenzado. Es justo mediodía... El ritual central a la madre tierra, Pachamama, es la challa o pago (tributo). "Challar" se usa como sinónimo de "dar de comer y beber a la tierra", antes de tomarlo para uno, pues no somos ladrones de la energía de nadie.
Los encargados -o sacerdotes y sacerdotizas- han empezado a atizar el fuego sagrado, quien no solo es el intermediario para hacer llegar estas ofrendas a Pachamama o madre tierra, sino a todas las personalidades que rigen nuestro universo, como el sol, el mar, la luna, el viento..., las montañas, los ríos..., los bosques...
La joven que está frente a la pequeña hoguera, toma un puñado de incienso y mirra y lo vierte -de a pocos- sobre el fuego sagrado, creando una gran bocanada de humo oloroso... Y con los brazos abiertos hacia el universo..., pronuncia esta invocación desde lo más profundo de su corazón...
- Perdón Pachamama, madre tierra, por no haber sabido protegerte de esta invasión extranjera que está socavando nuestros recursos...
- ¡Perdón! -responde en coro el pueblo unido...
- Perdón Pachamama, madre tierra, por no haberte ofrendado lo suficiente...
- ¡Perdón! -responde en coro el pueblo unido...
- Perdón Pachamama, madre tierra, por no saber amarte lo suficiente...
- ¡Perdón! -responde en coro el pueblo unido...
- ¡Ayúdanos a servirte y amarte!
- ¡Ayúdanos a servirte y amarte!
Nuevamente, los pututos suenan victoriosos...; mientras continúa el gran desfile de comparsas, entre más invocaciones, mantras y oraciones... Ahora se comparten los bocadillos de las ofrendas, al distinguido público que ha acudido a reencontrarse con su fuente, con la madre divina y el padre divino, para pedirles perdón y ayuda para reestablecer la paz en su suelo divino.
Pasan las pandillas, los sikuris, morenadas, wititis, las cumbias, sambas, tangos, cuecas, las marineras, las mojigangas, los pallos, los danzantes de tijeras... con sus bandas de tambores, platillos, trompetas, quenas, zampoñas, pututos y demás instrumentos musicales...; deteniéndose frente al altar de sacrificios para ofrecer su amor, su servicio y agradecimiento...
Pasan los hare hare... danzando descalzos..., tocando también sus pututos, kártalos y mirdangas, y cantando su famoso maha mantra hare krishna..., que también podemos deletrear en su pancarta dorada con letras azules:
hare krishna hare krishna, krishna krishna hare hare
hare rama hare rama, rama rama hare hare...
Incluso pasa el colectivo de los rastas, también descalzos..., con sus moños elevados y sus guitarras y tamborcillos... Y también pasan los tambores de lucha de Aainjala..., fortaleciendo nuestras esperanzas...
El desfile en cuadrado parece interminable, como si la plaza se hubiera desbordado hasta el río Chili..., el otro novio de la blanca ciudad de Arequipa...
De pronto, siento una mano fuerte que aprieta mi hombro derecho..., y rápidamente doy la vuelta con leve susto y... ¡Vaya, vaya, qué chico es el mundo!, es un viejo amigo de la universidad... Richard...
- ¡No te sorprendas! -me dice mi amigo-... Se supone que todos debemos unirnos para salvar la patria...
- Pero, ¿cómo? -le pregunto a Ricky- con cierto pesar... Mira que nos enfrentamos a un terrible monstruo...
- No lo sé... -me responde él con su tonada limeña-, pero de lo que sí estoy seguro es que nuestras ceremonias de sacrificio son un buen comienzo. Las diosas y dioses no serán indiferentes con nosotros...
- ¡Qué así sea! -le respondo, aunque con un poco de incredulidad...
- No sabía que también eres un youtuber -me dice Ricky-. Porque todas estas filmaciones que estás haciendo son para subirlas a tu canal, ¿verdad?...
- Todavía no tengo canal -le respondo-, pero me gustaría tenerlo.
- Oye, ya pues, ayúdame..., échame una manita...
- Claro, lo que tu digas, siempre y cuando sea para una buena causa -sonrío.
- Nos han informado que hay topos infiltrados en nuestros colectivos, y estamos buscándolos para darles una merecida paliza. Quieren boicotear nuestros eventos y hacer terrorismo para luego inculparnos...
- ¿Topos?...
- ¡Sí!..., debemos tener muy abiertos los ojos... Por lo pronto -me dice muy bajito al oído-, parece que hay un fujimorista dentro los hare hare...
- What?... What? What?
En ese momento, se anuncia un discurso por medio de una gran pantalla que ahora pende detrás del escenario... Es directo... Cesan las comparsas, se calma el festival... Pronto llegará el crepúsculo...
- Desde las más altas montañas de Bolivia -anuncia una de las animadoras-, con el sagrado Intillimani como protector de los hijos de la tierra..., presentamos... a... nuestro hermano boliviano... -y se desata una lluvia de fervientes aplausos que le dan la bienvenida...
- Después hablamos -me dice Richard dirigiéndose hacia el escenario y perdiéndose entre la multitud... Y yo me quedo con toda esa intriga de topos, enemigos del pueblo...; mas, escuchando con atención este discurso alentador que no dudo en compartirlo a "gil y mil"...
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