Las notas del veneciano Antonio Vivaldi se desmoronan cuando frente al Portal de Flores -de la plaza de armas de la blanca ciudad de Arequipa, Perú-, un grupo de jóvenes (hombres y mujeres) arma un escenario a la velocidad de un rayo como si fuera un ring, de estructura metálica y piso de madera de eucalipto...; bajo los sonidos estrepitosos de cientos de pututos que anuncian el pronto comienzo de las ofrendas a la madre tierra, Pachamama..., a cuyos pies ya desfilan las variadas comparsas...
En el escenario, tres mujeres y tres varones, de mediana edad, vestidos con ponchos multicolores y guirnaldas de flores alrededor del cuello, distribuyen la parafernalia del ritual... Prenden inciensos y olorosas flores aquí y allá...; y trazan -con una vara de bambú- un gran círculo sobre el piso cubierto de hojas, donde van asentando las variadas ofrendas que van llegando... Dos de ellos van preparando una pequeña hoguera en el centro del círculo... sobre una chakana o cruz andina... Siguen llegando las canastas de frutas..., flores..., vegetales..., bebidas... y comida..., a través de los brazos en alto que pasan las ofrendas por sobre las cabezas de la multitud...
"Hay que dejar espacio para las comparsas", señalan los guardas de la manifestación, abriendo espacio -con sus propios brazos- para que los músicos y danzantes... puedan ofrecerse a sí mismos en este místico altar de amor...
Las banderas blancas de todos los tamaños flamean hacia el cielo azul nítido..., muy despejado..., con sus nubes blancas que parecen espuma de helados... deliciosos... Y los árboles..., los árboles están felices con tanta algarabía, colaborando con su sombra... Las palomas sobre vuelan confusas por sobre nuestras cabezas, intentando protegerse de nuestros pies que pisotean sus granos de trigos y otras migajas...; mientras la muchedumbre vitorea sin cesar:
"¡Fuera gringolandia de nuestra patria! ¡Fuera de América Latina!"
Mostrando decente nuestras pancartas de protesta más sobresalientes:
¡Stop War, USA!
¡Restitución a su cargo a nuestro presidente de la república, el profesor Pedro Castillo Terrones!
¡Libertad al periodista australiano Julian Assange!
¡Fuera de nuestra vida a esa clase política corrupta, vendida!
¡Fuera de nuestra patria a esos monopolios extranjeros corruptos!
¡Nitai y Gouranga!
¡Nitai y Gouranga!
¡Nitai y Gouranga!
Aquella plaza otrora tranquila en sus días más habituales, es ahora un admirable bastión que aboga por la Paz Mundial.
No ha habido necesidad de "tomar" la Municipalidad, los municipales se han unido a la protesta y el alcalde se ha ido a su casa cansado de ser un lamebotas, "¡qué se joda Biden!", dijo esta vez dándole palmaditas al portero... La desgracia de gringolandia ya estaba anunciada desde hace mucho, pero ella, supremacista como es, todavía no le cabe en la cabeza que se haya quedado sin quien le chupe las medias... Incluso los policías de la guardia civil del Perú se han unido a esta gran manifestación de amor y paz.
Los habituales comerciantes del corazón de Arequipa también están felices...: artesanos, heladeros, fotógrafos, lustrabotas, fruteros y otros..., sienten que harán su agosto...; incluso los hare hare están vendiendo sus libritos muy atractivos, inciensos, bolitas maravillosas y otros encantos...; pero todos... están atentos a la protesta, en este momento es su principal deber, unirse a esta gran Revolución por la Paz.
- ¡Dina asesina! ¡Dina asesina! -también gritan algunos gremios.
- Dina de mierda... -dice un transeúnte visiblemente airado-, esa mujer es un pedo de Biden.
- ¡Por Dios! -exclama una mujer arrugando su frente-, controle su boca...
- ¡Soy libre de decir lo que siento! -le contesta el transeúnte cambiando de humor con una sonrisa... Pero, ¿se da cuenta?... ¿Ha escuchado usted que nuestro presidente, el profesor Castillo, ha sufrido un preinfarto, ayer, en la cárcel?... Es muy poco que solo le hayan arrancado un mechón a esa arpía...
- Bueno, sí, yo también siento igual que usted... Mas, por lo mismo, nuestra protesta es contra el origen del mal y sus aliados: USA y sus europillos... -y..., la voz de la dama se corta por el ruido del micro que se impuso en el escenario..., escuchándose en los grandes parlantes ubicados en las cuatro esquinas de este gran recinto...
- ¡Kausachun Perú! -dijo un joven saludando a la gente desde el escenario.
- ¡Kausachun Perú! -respondió vibrante... el pueblo unido en la plaza de armas de esta bella ciudad del sillar, al pie del Misti, el volcán, su novio...
- Gracias por su presencia -continuó la voz-. Antes de comenzar nuestro ritual de ofrendas a nuestra madre tierra, Pachamama, vamos a escuchar a los representantes o líderes de los diferentes colectivos o gremios...; quienes nos expondrán, brevemente, su posición frente a este mundo anglosionista que se desmorona, ante sus propios ojos atónitos de confusión, ya que se creían poderosos e invencibles...
Así..., subieron al escenario, los líderes -y traductores- de los diferentes colectivos... del Perú profundo, de su selva amazónica, de sus variadas regiones..., incluso de los barrios marginados de la capital limeña...; e incluso de los países vecinos...
- ¿Dónde está el o la representante del colectivo ¿"Indira Huilca a la presidencia"? -pasa preguntando un joven abriéndose paso entre la multitud..., que tiene sus ojos puestos en el escenario y sus oídos en los mensajes de una nueva nación, de una nueva era, un nuevo comienzo...
- ¡Mira mamá!, ¡el tuturutu tiene puesto un vestido de verdad! -dice de pronto un niño de edad escolar que se encuentra (como yo) casi al pie del tuturutu- ¿Quién se lo pondría?
- ¡Vaya a ver que rareza de estos arequipeños! -le responde su madre- pero parece que nadie ha reparado en ese detalle...
De pronto, aquella joven, Katya, que hace poco estuvo sentada en las gradas de la catedral, ahora está de pie frente al micrófono de tres patas, esperando ser anunciada por el animador...; quien con un micro inalámbrico en la mano... la presenta como activista del colectivo: "¡Más fiestas de cosechas!"... Y ella da inicio a su sencillo discurso..., con las palabras del filósofo romano Cicerón (106 a.C.-43 a.C.):
"La agricultura es la profesión propia del sabio, es la ocupación más digna de todo hombre libre"...
La agricultura nos conecta con madre tierra, Pachamama, y ella -con sus demás asistentes- nos provee el alimento necesario para hacer nuestra vida relajada, feliz, grata y amena... Y en agradecimiento, nosotros le ofrendamos nuestras fiestas de sembrío y cosecha..., y nuestras ceremonias de fuego…, con amor y adoración...
En cambio, la industria y la tecnología nos exigen saquear los recursos de nuestra madre tierra, para transformarlos por medio de un arduo trabajo; y puesto que los recursos de madre tierra son LIMITADOS…, es imperativo hacer un uso LIMITADO de estas actividades…
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