Son una gracia divina.
Las oraciones y los mantras son invocaciones a la Divinidad Suprema de nuestro corazón o ishtadev, por lo tanto, nos vinculan de inmediato con ella... Apenas al tocarla con nuestro canto, ella nos diviniza... o nos regala sus gracias, sus preciados dones que nos hacen amarlos... Para unos, de a pocos, es decir, dependiendo de nuestro anhelo y rendición.
Este es el gran viaje interior, espiritual, místico...; aunque afuera se estén librando las batallas más sangrientas, más dementes y fraticidas... ¡Qué horror ese villano de USA!, junto con Londres habían sido los más odiosos de todos... Supremacistas, racistas, fascistas, belicistas y todas las istas de lo que no se debe ser.
Si usamos nuestra libertad para hacer lo que queramos, como sostiene el capitalismo que debe ser y una democracia sin reglas (porque nadie las cumple), nos llevará al suicidio inmediatamente; porque estará comandada por el famoso yo/ego que se fanfarronea de su 0.000...1 % de su diminuto albedrío.
Si usamos la libertad para elejir una disciplina de lavado de cerebro, con el canto de mantras y oraciones, estaremos despertando nuestros dones espirituales a sentir el torrente del amor divino.
Danzando y cantando mantras y oraciones, todos los días, por todas partes..., divinizaremos al mundo entero, incluso a esos crueles corazones diabólicos...
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