sábado, 20 de enero de 2024

NUESTRO TEMPLO INTERIOR

 Es necesario cerrar los ojos y mirar adentro...

¿Será que nuestros pensamientos solo girarán en torno al dinero? ¿Al trabajo, a la familia, a la gratificación de los sentidos?
¿Y de nuestra fuente de energía, qué?, ¿nada?
Esa fuente de energía está dentro de nosotros, dentro de nuestro corazón, de allí emerge esa energía de amor divino que se manifiesta de múltiples y diversas formas, en un infinito juego de uniones y separaciones...
Se abre los ojos y se mira, se cierran los ojos y se piensa, se recuerda, se sueña...
MIrar el sol del cielo, es afuera; y mirar el sol de nuestra alma, es adentro... Somos chispas divinas de ese inmenso sol que nos da la vida...
Meditar en nuestra Divinidad Suprema personal es imperativo, es nuestro deber, dharma. Meditar en ella hasta llegar a amarla, como dicen los decálogos de todos los tiempos: Amar a nuestra Divinidad Suprema personal es la primera y última meta de la vida.
¿Será que los existencialistas siguen siendo existencialistas?
Yo lo fui durante casi la mitad de mi vida..., y ahora...
Si, ya lo adivinan.





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