sábado, 20 de enero de 2024

LA NO VIOLENCIA

 O Adiós a las armas, o la paz...

La REPROGRAMACIÓN de la mente es el camino viable para hacerle frente a esta situación de interminables confrontaciones lideradas por el país del cine, ¡qué país para más beligerante! Y cómo le siguen sus lacayas -incluso odiosas entre sí-, me refiero a Bruselas y Londres entre otras de la misma calaña..., Australia también...; en fin, todo ese mundo sionista anglosajón que cree que puede seguir sometiendo al pueblo.
Tendríamos que empezar una serie de restricciones para corregir la mente o reprogramarla..., del individualismo a la comunidad, del egoísmo a la solidaridad, ¡de la confrontación al amor!... Y más allá de ese amor está el famoso Amor Divino, que es las infinitas formas de Radha apresando a su muñeco, igual que una enredadera que con sus pétalos de hojas pellizcan al juguete, intentando satisfacer su anhelo.
Reprogramar la mente requiere de una dirección, un norte, sino..., solo nos toparemos con la muerte del cuerpo físico, transitando por una dimensión de la que casi nada conocemos.
Ese norte nos lo señalan nuestros ancestros, no esta gente beligerante que solo quiere guerra y destrucción, ¡qué enfermedad mental para más grave! Ese norte es solidarizarnos con nuestra tierra, con nuestra amada tierra que nos da de comer, de beber, de vivir... La tierra no es un objeto del hombre, como cree el hombre patriarcal que es, ella es nuestra madre, nosotros somos sus hijos.
Una de las formas para llegar a esta reprogramación y sentirnos en conexión con nuestra madre naturaleza, es ejercitar la integración de la mente y del cuerpo a través de ejercicios físicos conscientes, donde la mente está presente o consciente de todos los movimientos que dirige al cuerpo, y del espacio que la circunda.
Así vamos despertando nuestra identidad de ser hijos de la tierra y de una divinidad superior, no de esta guerra creación del hombre -aunque también es por designio divino-. Por mi parte, voy considerando que no somos más que juguetes en las manos divinas de los dioses..., aunque no lo podamos creer...
Luego, se cierra el tramo de ejercicios físicos conscientes con la postura de relajación suprema, Shavasana o postura del muerto, donde la mente sincronizada con el cuerpo ligeramente cansado..., explora los caminos sugeridos por nuestra sabiduría ancestral... ¡Somos energía! ¡Somos seres de luz!... ¡Somos energía de amor!, ¡de amor divino!... ¡Tú eres yo y yo soy tú!..., tú y yo somos minúsculas gotas de ese amor inmenso e inmaculado...
¡Que increíble será llegar a esa realización!








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