Sí, somos mitad animal y mitad seres humanos... ¿Acaso podemos negar la mitad de animal que llevamos dentro?...
Pero, ¿no se trata de trascender ese nivel para elevarnos a la condición de seres divinos? Sin embargo, la propaganda de este sistema capitalista, resabio del patriarcado, pretende seguir profanando nuestro templo interior.
Necesitamos una gran revolución espiritual o de las conciencias, cuyo paradigma es: NO SOMOS ESTOS CUERPOS MATERIALES, somos cuerpos espirituales, trascendentales a esta materia corporal que abanicamos todos los días y que un día abandonaremos... Estamos hechos para un fin superior, no para satisfacernos rascándonos la picazón de una mosca, sino para vivenciar nuestra esencia divina de ser una chispita de esa gran energía que se llama amor divino, personificado en infinitas formas...
Otro de los pasos para acercarnos a nuestra Divinidad Suprema personal o Amor Divino, es ofrecerle el fruto de nuestro trabajo, u ofrecerle nuestro servicio inmotivado, ininterrumpido... Eso es Karma Yoga, que significa que mi trabajo no lo ofrezco a mi ego falso sino a mi ishtadev, como debe ser. De lo contrario el ego falso, al igual que todo minotauro o Moloch, no hará más que tragarse nuestras ofrendas -que no le pertenecen- para mantener con vida a eso de animal que hay en nosotros..., , y seguir disfrutando el fruto de nuestras actividades.
Sin embargo, podemos cambiar eso.
Ofrezcamos nuestras actividades a nuestro ishtadev o Divinidad Suprema personal..., establezcamos ese vínculo y nuestro ego falso se irá divinizando por el contacto divino de sus Señorías, así habremos alcanzado liberar a nuestra alma de ese minotauro o Moloch que hoy por hoy la tiene prisionera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario