Mientras no comprendamos nuestra naturaleza espiritual, divina y eterna, estamos en cero o en pañales.
Por lo menos debemos intentar llegar a esta comprensión, ese es nuestro dharma o deber, comprender quienes somos... O somos este cuerpo material que nace, crece, se reproduce, se enferma, envejece y muere; o somos algo más que eso..., una sustancia inmaterial, espiritual, trascendental, eterna..., una chispa de esa increíble energía de amor divino... llena de sabiduría y bienaventuranza...; que estamos destinados a vivenciar.
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