¿Qué son los decálogos?
Son reglas y regulaciones que el ser humano debe seguir para vivir en paz y armonía consigo mismo, con la naturaleza de le rodea y con su Divinidad Suprema personal.
Sin estas reglas y regulaciones estaríamos yendo a la deriva, llevados por el ridículo deseo de una libertad incuestionable e insaciable... Libertad, ¿hasta dónde? ¿Ilimitada?... ¿Hasta, nuevamente normalizar la esclavitud, el machismo, la misoginia, el clasismo, el racismo y todas esas psicopatías habidas y por haber?...; es decir, ¿normalizar de nuevo el patriarcado opresor, como pretende el oscuro poder? Por mi parte, estoy de acuerdo con aquello de que tenemos libertad y no la tenemos al mismo tiempo..., ese es el equilibrio y la armonía que debemos alcanzar.
En nuestro imperio inca -en Perú-, ese decálogo se resumía en tres principios fundamentales:
1. Ama sua (no seas ladrón)
2. Ama llulla (no seas mentiroso) y
3. Ama quella (no seas flojo)
En la cultura cristiana, ese decálogo son los diez mandamientos, ¿los recuerdan?
El primero: Amar y servir (hasta la locura) a nuestra Divinidad Suprema personal.
... Honrar padre y madre.
...
En la cultura védica de la India antigua, ese decálogo se resume en practicar la NO VIOLENCIA practicando el vegetarianismo, evitando la promiscuidad, los intoxicantes y los juegos de azar.
¿Cómo podríamos ser violentos con nuestra madre tierra?... La violencia de nuestra naturaleza debe transmutarse en amor... En realidad, todas nuestras energías han de transmutarse en amor, esa es la realización final; y todo eso se consigue solo practicando una seria disciplina de hábitos saludables, principios regulativos, tanto para con uno mismo como para con el entorno que nos rodea y nuestro ishtadev o Divinidad Suprema personal, tal como lo menciona Patanjali en sus yamas y niyamas, los dos primeros pasos de su yoga óctuple.
Este proceso es como convertir la piedra bruta en un luminoso diamante... Se requiere de labrar con fuerza y delicadeza este ser que la vida va moldeando, hasta manifestarse en un ser de luz lleno de amor por su Divinidad Suprema personal, hecho uno con ella y a la vez separado de ella.
Sin reglas y regulaciones solo somos marionetas llevadas por los cinco caballos desbocados de nuestros sentidos materiales, regidos por nuestra insaciable mente de lujuria que lo lleva a uno al espectro más bajo de su propia degradación, y por tanto, de su propia autodestrucción; todo ese negro destino al que conduce la mal llamada libertad o libertinaje.
Despertemos nuestra conciencia hacia una conciencia superior, divina; por lo tanto, feliz, creadora, amorosa, maravillosa...
Analicemos, cuestionemos, pesemos en la balanza de nuestra inteligencia lo que realmente queremos vivir... O será, como aun dicen por allí... ¿"que el esclavo es feliz en su esclavitud"?... ¿O qué es mejor mirar a otro lado o no mirar nada?... Claro, también uno está en "su derecho" de elegir lo que quiera, pero "no puede" mientras esa elección afecte la armonía del entorno; si lo hace, las leyes sutiles de la naturaleza se encargarán de enseñarle, tanto al oprimido como al opresor, a comportarse, retomando su naturaleza esencial de ser un sirviente del Amor Divino. En este aspecto, Los Vedas hacen alusión, sobre todo, a la ley del karma, "no hagas a otros lo que no te gustaría que hagan contigo". Es una ley sutil universal.
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