El otro lado de la política es lo místico. La política es social, la mística es individual, la política es afuera, la mística es adentro, la política es objetiva, la mística es subjetiva, la política es yin, la mística es yang... estos dos lados están en nosotros. Así que, no sólo hemos de trabajar con nosotros mismos, sino que tenemos que ayudar a ordenar nuestra sociedad.
Todos somos místicos políticos, y dentro de nuestra categoría, de los que nos identificamos con esta realidad, hay una inmensa variedad. Aquellos que desarrollan más el lado político, aquellos que desarrollan más el lado místico, aquellos que desarrollan ambos... Desarrollar ambos lados es lo ideal para trascender esta realidad física del mundo externo que se manifiesta en la materia, para poder evolucionar hacia estados más elevados de conciencia y abrazar el cenit del amor.
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