Es el despertar de un pueblo prisionero de una libertad y democracia inexistentes, ¿por qué tendríamos que seguir siendo oprimidos y explotados por los oligarcas y militares de turno?
Ayer, 28 de abril, los manifestantes de la ciudad de Cali, Colombia, en medio del paro nacional, tumbaron la estatua del fundador de la ciudad, el español Sebastián de Belalcázar.
También durante la crisis social ocurrida en Chile, en octubre 2019, los ciudadanos levantaron su voz de protesta derribando estatuas de conquistadores y militares.
Cada vez más, la gente se identifica con sus raíces históricas de las cuales fuimos brutalmente despojados, ¿por qué tendríamos que tener estatuas de aquellos que nos despojaron de nuestra sangre? ¿Por qué, si no nos representan?
Igualmente en Lima, tuvimos por más de quinientos años la estatua de Francisco Pizarro en una esquina de la Plaza Mayor, en la plaza que llevaba su nombre, como "un homenaje al héroe civilizador"... Fueron muchos años de lucha para que por fin, en el 2003, sacaran de nuestra vista al hombre que nos trajo el ciclo de la oscuridad a nuestros cielos.
Hoy, en su lugar hay una fuente de agua y nuestra bandera peruana, y la plaza se llama Plaza Perú...
Es tiempo de cambiar nuestra historia... es tiempo de despertar... de que emerjan nuestras raíces... pues el ciclo de la oscuridad está llegando a su fin.
La estatua de Fransisco Pizarro no fue tumbada sino removida hacia algún lugar del olvido.
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