Por Esther Elizabeth Mallqui Laurente
La política como ciencia de servicio al pueblo está siendo usada por todos los corruptos en el mundo.
La Corrupción no ve partidos políticos, es como el Covid no discrimina, le da igual si es derecha o izquierda.
Aquí en el Perú la otra opción, el fujimorismo, ni siquiera tiene ideología como partido político, es un negocio familiar, de una familia con raíz japonesa, la cuál hizo una constitución entreguista a espaldas del país para vivir del pueblo ¡¡sin TRABAJAR!!!
Se vive una falsa bonanza económica en una parte de Lima pero que el Perú profundo no la vive. No hay un buena estructura de Salud, ni educación, la educación es un negocio debido a esa constitución del padre Alberto Fujimori, donde dice que cualquiera puede abrir una universidad ¡¡como se abre una tienda de la esquina!! Por eso hay un grupo político APP que se volvieron ricos, porque los padres pagan los estudios privados de sus hijos, los bancos cobran el 40% de la deuda, y ayudan a la candidata a llegar al poder para seguir explotando al que trabaja para pagar su deuda criminal.
A mi personalmente no me gusta el lápiz, pero la gente de provincia lo eligió para hacer el cambio que los incluya en la vida económica, ya que sólo un grupito se beneficia de la riqueza del país. Por eso, yo apoyo la decisión de la mayoría, por empatía, porque deseo lo mejor para mis hermanos del Perú profundo.
Lo más increíble es que llega un lápiz de izquierda y la Corrupción de la derecha lo ve como su enemigo... y le hace creer a los peruanos que su enemigo, el lápiz, es enemigo del pueblo (Lo dijo una psicoterapista Carmen González).
El cliché de la campaña es: Comunista, terrorista, no otra Venezuela, te quitará todo, tu gato, tu perro, tus ahorros... Y la gente se lo cree.
Sí, el flagelo es la Corrupción, hay que estar atentos y buscar evidenciarlos.
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