Mi búsqueda fue intensa… Encontrar en qué quería transformarme al momento de morir no era tarea fácil, porque las escrituras místicas decían (dicen) que para ello hay que modelar o programar (o reprogramar) la mente en esa dirección; lo que se me presentaba por encima de mis facultades terrenales…: saber qué es lo que realmente yo quería llegar a ser, en qué quería transformarme al momento de morir…; había tantas opciones… Convertirme en una mariposa, por ejemplo, mi madre decía que Santa Teresa de Ávila (1515-1582), la doctora de la iglesia católica, decía que ser una mariposa era la última forma que uno podía alcanzar, que era el símbolo perfecto de nuestra última transformación o metamorfosis… Y la mariposa es un ser tan bello, a mi ver…, de variados colores, robustas antenas, patas finas…, ¡y vuela!..., ¡Vuela!..., luego de arrastrarse por el suelo comiendo toda suerte de alimentos, para luego retrotraerse como una crisálida -meditando- en su próxima forma o transformación, para finalmente romper las ataduras este mundo ¡y volar!..., ¡volar!... Solo que vive un mes… y yo..., soñaba con la inmortalidad…, ¿quién no?... Yo sí. Y no sólo soñaba con la inmortalidad sino también con la sabiduría… ¡y la bienaventuranza, el amor!... ¡Oh, diosas y dioses!... Todo eso quería…
domingo, 12 de febrero de 2023
EL AVE MARÍA DE TANIA LIBERTAD
Entonces, comprenderán que mi búsqueda empezó a llevarme de la mano de esos buscadores de talla gigante con los cuales me identificaba: caminantes, trovadores, poetas, escritores, pintores, diseñadores, músicos, cantantes, danzarines, científicos, magos, religiosos…, que iban tras lo mismo…, entre el arte y la ciencia…, entre la ciencia y la religión… Así fue que también me encontré con Pink Floyd y su inmortal The Wall…, con Quilapayún…, la nueva trova… ¡Hay tantas buenas manos de las que me sujeté!… ¿Cómo señalarlos a todos los que me ayudaron, que son muchos y pocos a la vez?... Más, a todos sí puedo agradecerles por ayudarme a encauzar mi propia evolución (ahora encaminada a lo que quiero llegar a ser)…, y en permitirme ser testigo de sus propias realizaciones…; como esta que estoy vivenciando al escuchar la maravillosa voz de Tania Libertad (1952, peruana, radicada en México). Una voz..., su voz echa hoy… la de un verdadero ángel del cielo…
Yo fui testigo de su primer éxito, La Contamanina, allá por 1968. Luego, Concierto para una sola voz, y muchos otros con los que su voz se fue desplegando en la tierra que la vio nacer…, junto a otros y otras cantantes tan representativos de nuestro amado Perú, como Lucha Reyes, Susana Baca…; hay tantas grandes personalidades que nos representan aquí y allá… y acullá.
Confieso también, que me separé por mucho tiempo de todas estas grandes bondades, por designio divino..., porque me tocaba incursionar por otros caminos…, no solo por la música de la nueva ola, del rock, el folclore, la música urbana, la música clásica, las óperas…, sino también por los mantras... o invocaciones sagradas a la Divinidad Suprema de nuestro corazón...
Lo último que supe de nuestra querida Tania Libertad fue, que luego de cantar nuestros inmortales valses peruanos, pasó al estilo de la nueva trova; luego, a cantar boleros y luego rancheras…; todo ello con gran dedicación y excelencia…
Pero hoy…, acabo de recibir este link que con todo gusto les comparto… Tania Libertad cantando arias de óperas…; claro, “¿y... por qué no?”... Su inquietud la trajo por estos lares de la música clásica…, para desplegar su voz como la de los ángeles cuando le cantan a la Virgen María, la Divina Madre, la Santa Madre del Universo…; esta su nueva versión es la evolución de su maravillosa voz..., de humana a divina…, ¿qué más puedo decir?..., que los invito a escuchar estas extraordinarias arias de Tania Libertad.
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