viernes, 16 de diciembre de 2022

LIBERTAD PARA PEDRO Y PARA EL PUEBLO

 La situación en Perú es grave.

Desde el primer momento en que el profesor Pedro Castillo Terrones asumió la presidencia, sus opositores, es decir, los opositores del pueblo o el congreso -la mafia narcofujimorista-, no lo han dejado gobernar. Esta mafia que viene de mucho atrás, como una gran cola de los colonialistas yanquis y europeos, cobró su peor rostro con Fujimori; quien, junto con Pinochet (de Chile), nos sorprendieron con su "nueva constitución", hecha a espaldas del pueblo..., y elaborada bajo la orden maquiavélica de Reagan (USA) y Tatcher (Inglaterra), con el fin de perpetuarse en el poder para seguir saqueando nuestros preciados recursos.
¡Qué miseria de esos personajes tan demoníacos!
Y lo más triste aún es que el mismo pueblo se dividió, entre los que apoyan esta mafia como si fueran los buenos de la película, y los que los consideran verdaderos demonios del mal, felizmente estos son la mayoría (aunque sin una pizca de poder). ¡Hasta las mismas familias se dividieron!... En mi familia del norte y en la capital hay fujimoristas, y en mi familia del sur están los del Perú profundo y yo con ellos. Igual sucede a escala internacional, mi familia se ha dividido, hay quienes apoyan a Ucrania y quienes apoyan a Rusia, y yo estoy con Rusia porque por lo menos ellos no tienen el apetito demoníaco por nuestros recursos, ellos tienen los suyos propios.
Así se han hecho las guerras en el mundo, siempre los dos bandos, los buenos y los malos, los divinos y los demoníacos, la oscuridad y la luz...., y por último...: yin y yang..., o incluso David y Goliat... Así estamos ahora, pero la lucha ya no puede ser tan desigual... ¿Qué espalda puede soportar más de quinientos años de engaño y explotación?
Por eso la situación de Perú es grave, porque podría salir el ejército a callar el clamor popular tildándolo de terrorista..., y..., san se acabó. Por eso es importante que nuestro clamor sea de la forma más pacífica posible.
El amarre de esa nefasta constitución es tal que todo lo que exige el pueblo es "inconstitucional"... ¡Es irrisorio!... Sin embargo, fuera de la tal constitución, lo que exige el pueblo es lo justo.
1. Que dejen en libertad al profesor Pedro Castillo.
2. ¡Fuera todos los congresistas!
3. ¡Fuera la usurpadora!
4. ¡Cambio de constitución!
Pero, ¿quién quedaría?
¿Será que el profesor tenga que volver al sillón presidencial a terminar su mandato para el que fue elegido por el pueblo, porque fue vacado incontitucionalmente, por más que él dio el primer golpe?, ¿o será que una milicia -neutral- deba asumir temporalmente el poder para convocar a una asamblea constituyente y nuevas presidenciales?; esto... sin mirar si es constituyente o no, porque esa constitución diabólica está hecha para someter al pueblo.
¿En qué terminaremos?
Tal vez debamos hacer más ofrendas a nuestra querida Pachamama.






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