viernes, 23 de septiembre de 2022

ENTRE EL S XX Y S XXI

Por Reynaldo Cardona

Si miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene "entre cincuenta y setenta años".

A este grupo pertenece una generación que ha echado fuera del idioma la palabra "envejecer", porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo. Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.

Este nuevo grupo humano que hoy ronda los cincuenta, sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso.

Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente.

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de "cincuenta, sesenta o setenta", hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben por e-mail.

Hoy la gente de 50, 60, o 70, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben.

Celebran el Sol cada mañana y sonríen para sí mismos muy a menudo. Hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI.



miércoles, 21 de septiembre de 2022

A MIS MILLENNIALS, A TODOS

Hoy fui de compras al Playero y al Súper Pola, dos supermercados que se encuentran uno distante del otro... Aquí en Sosúa -República Dominicana- todo puede hacerse a pie. En el trayecto de regreso, mis pensamientos se desbordaron como un río..., entre los autos de la autopista que está distante del mar y las tareas que tengo que hacer...: limpiar el departamento, preparar los alimentos, hacer mi tarea de quechua, seguir corrigiendo mi novela: "Los Místicos", hacer las famosas tarjetas de cumpleaños de mi familia (ha sido este año que he empezado a hacer una tarjeta para cada uno)... y felizmente ya tengo casi terminado nuestro árbol genealógico; no sé si se me será permitido compartirlo en esta plataforma. No sé que opinarán. Qué opinan ustedes amigos míos.

Llegué al departamento con la política mundial a cuestas pero con un hálito de esperanza, recordando el mensaje del presidente de Colombia, Gustavo Petro -en la ONU-, hace pocas horas, resumido en...: "¡Salvemos el Amazonas! ¡Salvemos el planeta! ¡Basta de guerras! ¡Optemos por la paz!"... Este no es un grito aislado, no..., es un grito de las multitudes que van tomando conciencia de la cárcel mental en la que hemos estado sumidos por generaciones, bajo el dominio de un patriarcado opresor..., con su peor monstruo creado: "el capitalismo", que confluye en la "adicción al dinero, al consumismo, a la confortabilidad...", que no hacen más que embotarnos los sentidos... Y a eso hay que sumarle "la soledad del alma"..., ¿no es esto delirante?
De nuestro presidente Castillo..., manan..., nada que decir, más que volví a echar de menos su sombrero y su traje especial con el que juramentó su cargo. Porque, con el perdón de la fina audiencia, esa corbata que ha llevado puesta en esta asamblea de la ONU, lo ha hecho verse más disfrazado que nunca. "¡Le hace falta su sombrero señor presidente!" -se lo digo desde mi humilde ágora-..., pero él no me escucha o no lo toma en cuenta o lo ha olvidado.
¿No es eso también la misma fatal carencia? Carencia de un centro que todo lo organiza, un centro que para muchos es el símbolo de la Divinidad Suprema... O ¿es qué seguiremos sosteniendo que esta divinidad es solo el producto de nuestra torpe imaginación?
Yo, no.
Por mi parte, no solo quiero ver o sentir a la Divinidad Suprema en todo, sino también dentro y fuera de mí... ¿No es este el ideal más elevado y maravilloso de todos?... O, ¿será más superior pensar que después de esta realidad solo existe la muerte y los gusanos que han de devorarnos?..., qué pena, qué falta de creatividad de los que así piensan en algún momento de su vida...
Nuestros líderes son seres divinos, amigos míos..., algo que empieza a notarse en estas nuevas generaciones que lejos de mostrarse adictos al dinero y al consumismo... danzan..., nadan..., juegan..., cantan..., ya solo con verlos/mirarlos nos hacen olvidar nuestras vegüenzas de no dejarles un hogar más digno y seguro..., al menos en mejor estado.
¡Vaya!, viene a hablarles de Renata Flores y otr@s increíbles jóvenes que están cambiando el mundo... y me detuve en la política mundial a veces deprimente, pero gana siempre ese hálito de grandes mensajes esperanzadores.
Todavía tenemos un corazón que late.


Renata Flores- Rita Puma Justo (Oficial Live Performance)



sábado, 17 de septiembre de 2022

BRUTAL ASESINATO DEL CANTAUTOR CHILENO VICTOR JARA

El cantautor chileno, que defendió con su música la lucha obrera y el reparto de la tierra para los campesinos, fue brutalmente asesinado el 16 de septiembre de 1973. Tras ser golpeado con un sadismo irracional y haberle arrebatado sus dos armas más poderosas: las manos con las que tocaba su guitarra y la lengua con la que cantaba sus canciones.


. . . Víctor Jara murió después de recibir 44 tiros. Sus captores, militares que secundaron el golpe de Estado de Pinochet, abandonaron el cuerpo del cantautor junto al resto de disidentes asesinados, creyendo que la historia terminaba allí, pero la voz de Víctor Jara sigue cantando...


Manifiesto


Plegaria de un labrador



Te recuerdo Amanda